viernes, abril 29, 2011

Cocinemos

Bueno, ajá. Feliz año.

Qué difícil se me hace tomar el hábito de escribir. No importa cuánto me digan que debería, que no lo hago mal, y cualquier otra cosa. Tampoco es que me lo dicen mucho, pero igual.

Hoy les escribo por cumplir una promesa.

Esta última semana me he bajado 4 libros de cocina alternativa: alternativa a carne/pollo/pescado con arroz/papa/pasta y ensalada todos los días, que es lo que nos han enseñado que te da músculo y energía. En particular yo me aburrí de lo mismo, siempre.

En uno de los libros que conseguí, "Paleo Cookbook - Recipes For The 21st Century Hunter-Gatherer", hay un viaje de recetas ricas y fáciles (mi tipo de recetas, je), y hubo algo que se veía tan rico y tan fácil que no lo pude dejar de hacer.

Hamburguesas de batata y atún

Necesitas estas cosas (para hacer cuatro, generosas):

Dos tazas de batata
Una lata grande de atún en agua (escurrido)
2 huevos
1/4 de taza de almendra molida (porque una casa donde se cocina DEBE tener almendra molida)
Una cucharada de aceite de oliva (o de almendra, pero no me voy a poner exquisito)

  • Agarra un par de batatas, las pelas, las picas en rodajas y las pones a hervir sin sal hasta que estén suavecitas.
  • Cuando eso esté listo lo pones en un bol para mezclar y las machacas con un tenedor. Tipo puré piratongo.
  • Listo eso, le pones el vainero (atún, huevos, aceite, almendra) y lo bates hasta que se vea que está batido y bien mezclado, pues. No debe quedar evidencia del aceite o los huevos.
  • Sal y pimienta al gusto.
  • Yo en mi casa me salvé porque tengo un molde de hamburguesa, tipo que tú pones la mezcla y la aplanas y te queda lista ya con forma de hamburguesa. Si tú no tienes eso entonces te puedes poner creativo/a a darle forma de hamburguesa, de estrella, de carita feliz, de corazón. En retrospectiva creo que hubiese sido más divertido hacer estrellas y corazones de batata y atún.
  • Ya. Listo. Congelas y cuando las vayas a hacer aceitas una sartén (pero un pelín) y le das vuelta y vuelta.
Cuando me coma las que hice esta mañana les monto una foto de cómo queda.

Estas no son hamburguesas que se comen con pan. Tú las cocinas y te las comes con ensalada, porque si la pones entre dos panes la vaina es batata + pan + pan = fail.

Como ensalada para esto les recomiendo (tomate picado + cebolla picada + poco pimentón + poca lechuga + AGUACATE + salsa de chili con caraotas rojas).

Buen provecho.

Si cuentas calorías, una porción de DOS hamburguesas generosas son aproximadamente 29gr proteína, 37gr carbohidratos, 11gr grasa ~= 350 calorías (una excelente alternativa para quienes quieren perder peso)

Bonus track

Si las quieres de postre (como la batata es dulce, digo), mientras las batatas estén hirviendo, pones el atún escurrido a fuego bajo en otra sartén para que se medio cocine y pierda el olor y sabor fuerte a pescao, y sea como el héroe invisible en forma de proteína de la mezcla.

Mezclas las batatas molidas + atún + huevos + aceite igualito, pero le pones un poquito de azúcar y bastante canela. Las puedes hacer tipo hamburguesa pero más pequeña, o las puedes hacer tipo albóndiga o biscuit de KFC.

Los doras un poco por fuera cuando los vayas a cocinar y luego los metes en el horno a una temperatura baja tipo 5 minutos. Delish.

jueves, noviembre 18, 2010

¿Qué hay de los obreros?

De cómo explicar una nueva derrota Vinotinto

El día de ayer, la selección venezolana sufrió su derrota más abultada de todo el año. En el amistoso número 13 que la Vinotinto disputó en 2010, contra Ecuador en el estadio Atahualpa de Quito, nos “clavaron” 4 goles, a cambio de un anecdótico tiro penal que Giancarlo Maldonado aprovechó para afianzarse como máximo goleador venezolano.

Los entendidos en el asunto juran que no es importante, que no hay que prender las alarmas aunque un rival directo, tanto en las eliminatorias mundialistas como en la Copa América del año que viene, nos haya goleado sin piedad.

Algunos dicen que factores como la altura de Quito, la ausencia de referentes como Juan Arango y Ronald Vargas, la lluvia que cayó sobre el estadio, los “bloopers” de la defensa venezolana pudieron condicionar el partido para mal, por lo tanto no es importante. Otros (entre ellos el seleccionador nacional, César Farías) piensan que las derrotas, por más abultadas que sean, están previstas, y que partidos como el de ayer sirven para ensayar el funcionamiento del equipo con miras a hacer un papel digno el año que viene en la Copa América de Argentina. Es decir que de todos los partidos se pueden sacar conclusiones, positivas o negativas.

Ahora, ¿cómo se le explica al fanático común una derrota como esta? Más aún, un año como este. A esas personas que no tienen por qué entender de líneas de cuatro, cambios de banda, ordenamiento táctico, medias puntas y enganches y simplemente quieren ver a su equipo hacer bonitos goles y ganar, no les vale la excusa de “no pasa nada, es un amistoso”.

Durante el proceso de Richard Páez, la selección fue ganando fanáticos, la gente empezó a tener fe en los futbolistas del país y la Vinotinto se convirtió en un tema popular para discutir todas las mañanas. La gente empezaba a estar orgullosa de sus jugadores y todos creíamos en el popular “sí se puede”. Los obreros, panaderos e incluso las estilistas comenzaron a conocer a Rey, al “pájaro” Vera y a Ricardo David. ¿Cómo se sentirán ellos viendo partidos como el de ayer, y que además venga alguien a decirles “esto es normal”?

Poniéndose en el lugar de esas personas: se entiende que haya ensayo y error en el proceso, pero cuando debe haber un golpe de efecto y de autoridad de parte de los nuestros, contra un rival que está en nuestro grupo en la Copa América del año entrante, y potencial rival directo por ese puesto que los más fuertes dejan para (¡¡finalmente!!) ir al Mundial, nos golean. Y de amistosos con selecciones de poco caché como Aruba, Honduras y Panamá (que nos ganó los dos juegos este año) pocas cosas hemos podido sacar. Los partidos parecen estar siempre “condicionados” por algo: expulsiones, goles tempraneros, peleas, ruedas de prensa donde el técnico malandrea a los entrevistadores…

Una vez, viendo el partido que enfrentó al Zamora FC con el Caracas FC por la Copa Venezuela, mi novia me preguntó: ¿Por qué si estos dos equipos juegan tan bien, la Vinotinto apesta tanto? Con el otro tipo [Richard Páez] no pasaban esas cosas” y no supe qué responderle. No supe cómo explicar que nuestra selección, la selección de los obreros, panaderos, estilistas y demás, está siendo convertida en un experimento metódico en el cual está bien que nos goleen y que la gente se decepcione. Simplemente espero que cuando los experimentos al fin den resultado a la gente aún le importe, total, a ellos se debe este proceso.

miércoles, noviembre 17, 2010

Compromiso

La gente sí es muletillera. Es impresionante como llenamos el silencio incómodo entre pensar en una oración coherente y decirla con muletillas como "esteeeeeee", "eeeeeeeee", "aaaammmmm" y cosas por el estilo. Por lo general me molesta, pero no al punto de volverme loco.

Pero mientras uno crece y se pone mayor, o más confianzudo, pareciera que pierde la habilidad de hablar, o sufre de amnesia o reducción de vocabulario y recurre a usar los comodines del lenguaje: las groserías.

Entonces, no es raro escuchar una conversación entre veinteañeros que va por las líneas de "marico, sí, se jodió la vaina por fin, qué ladilla ahora tengo que llevar esa mierda adonde el güevón del mecánico, qué cagada". No sé por qué, pero el sobreuso de las groserías me viene pareciendo repulsivo de un tiempo para acá.

Recuerdo las groserías cuando eran el punchline de algún chiste o se guardaban para ocasiones realmente especiales. Decirle a alguien "eres un cabrón" tenía un sentido extra de ofensa. Ahora todo el mundo es un cabrón por cualquier cosa, y me causa tristeza porque el lenguaje se queda corto para todas las cosas que queremos expresar, y el 60% de las palabras pueden ser reemplazadas (y de hecho lo son) por "vaina".

Me da flojera, me parece que limita el lenguaje y la manera de pensar de las personas al reemplazar todas las palabras con vaina o joder o bichear.

Así que desde este momento, y por un mes, el reto es no decir groserías por un mes. Los invito a que hagan lo mismo y veamos los resultados. Tal vez seremos personas más felices y con más soltura al hablar, que tan necesario es en estos tiempos donde a cada rato hay que exponer, presentar y comunicar ideas y opiniones.

miércoles, noviembre 03, 2010

Jeque Rico, Equipo Pobre

Un vistazo a la malcriadez del gerente futbolístico nuevo rico común y corriente

Recientemente, el Málaga CF, equipo que hace vida en la Primera División de la liga española de fútbol, fue adquirido por el ostentoso jeque árabe Abdullah ben Nasser Al Thani, emulando así el modelo que algunos clubes han pretendido adoptar para asegurar éxito en un corto plazo. Eso de gastar cuantiosas sumas de petrodólares ha funcionado en el caso de, por ejemplo, el Chelsea FC, cuando un asiduo de la lista de las 50 personas más ricas en el planeta, Roman Abramovich, decidió hacerse del equipo y gastar una fortuna en contrataciones y retoques a la infraestructura del club.

El jeque Al Thani llegó al club andaluz adoptando la política de confeccionar un proyecto nuevo, repleto de talento joven con miras al futuro y potenciales superestrellas, entre ellos nuestro Salomón Rondón, el vinotinto de moda por estos días. En la ventana de fichajes realizó 11 contrataciones contra 13 bajas. No se incluye en esa lista el alta del técnico Jesualdo Ferreira, bicampeón de la liga portuguesa con el Porto y tricampeón de la copa de dicho país. Era un equipo nuevo, rico y hecho a la medida de su ansioso propietario.

Con el pasar de las jornadas, el Málaga ha ido cayendo vertiginosamente en la tabla de posiciones, por factores como la irregularidad de su sistema de juego, un calendario inclemente que ha alineado a varios de los llamados equipos grandes en su contra muy temprano en la temporada y, por qué no decirlo, mala suerte y malas decisiones puntuales. En este momento el club está en los puestos de descenso directo. Todo esto se acumuló y la paciencia del buen jeque se terminó, despidiendo así al entrenador después de 4 meses en el cargo. Para lograr el finiquito, Al Thani debió desembolsar ¡¡8 millones de euros!!

Se habla de Manuel Pellegrini, ex-técnico del Real Madrid, como sustituto para Ferreira, y desde aquí las cosas carecen de lógica.

Haciendo un ejercicio de suposiciones, ¿qué pasará si Pellegrini no consigue sacar 5 victorias en línea ni revertir la situación? ¿Cuánto tiempo tardarán en 'botarlo' a él también? ¿Por qué la falta de paciencia con un señor que ha demostrado ser un ganador en una liga parecida a la española?

Anteriormente lo dijimos: es un equipo nuevo, con un técnico que, como todos, tiene un sistema de juego particular en sus planes. Los futbolistas no son robots, los automatismos en la manera de jugar tardan años en aparecer (y si no me creen a mí, se los dice un multicampeón de Europa) y se supone que en el ensayo y la práctica está la perfección. Los atletas deben conocerse entre ellos antes de si quiera intentar adoptar una filosofía de juego. Pues parece que a Al Thani nadie le recordó todo esto.

Los entrenadores suelen pedir las primeras 4 o 6 semanas como margen de maniobra para encontrar la manilla de un equipo nuevo, pero, de nuevo, parece que el jeque ha sido deslumbrado por los 96 puntos que el Real Madrid del chileno obtuvo la temporada pasada (con jugadores harto diferentes a estos) y ha pensado que Pellegrini (más bien, un entrenador diferente al primero) es un "santo remedio" a sus problemas con el desagradable descenso. Es una apuesta arriesgada, esperemos que el equipo la pueda costear en lo deportivo, pues bien sabido es que al jeque le sobran maletines con € 8mm para comprar entrenadores como si fueran barajitas de un álbum.

Por ejemplos como estos, me adhiero a una frase que un buen amigo me enseñó: "en el fútbol, no le creas a nadie que te diga la palabra 'proyecto'", frase que tiene validez tanto en España como en Venezuela y cualquier otra parte del mundo. Los profesionales, educados para la gerencia de un equipo deportivo no crecen en los árboles, y hay mucha gente que piensa que porque tiene mucha plata o que fue muy bueno en su época de jugador, pueden simular esos éxitos en el ámbito gerencial. Esperemos, por el bien de nuestro Vinotinto, que el jeque esté tomando la decisión correcta.

viernes, octubre 22, 2010

[...a riesgo de sonar como un malintenso político aspirante a diputado de la AN...]

Creo que he vivido lo suficiente como para distinguir varias maneras de hacer las cosas. Comprendí que la cosa va más allá del bien y del mal. Hay tonos intermedios que resultan bien divertidos, y otros que no tanto.

Por ejemplo: hoy fui al banco y salté de trámite en trámite hasta completar el último paso, que era recibir una chequera (fase 2/5 del rito de iniciación a la vida adulta, más sobre eso en un post que publicaré el fin de semana, vuelvan por aquí) y re-ubicaron mi número de promotora hacia la taquilla donde decía recibir mi chequera. Sale en la pantalla casi inmediatamente, a lo cual una colorida señora se ofendió y me acusó de "colearme caretabla" y de estarme "cogiendo a la cajera para adelantar". Y eso para empezar.

Evidentemente no entendía cómo funciona el sistema bancario de redirección. Pero le cedí mi número para que pasara. Hay veces que es preferible calarse 10 minutos más de banco para no someter a 300 personas en un espacio confinado a los gritos de una ignorante ruidosa.

En mi ejemplo, se demuestran un par de mis estereotipos de personas. Yo actué como Robin Hood, o sea, le di comodidad y tranquilidad a muchos a cambio de trabajo extra para mí. Lo hubiera llamado mártir pero odio esa palabra. La acéfala que estuvo a segundos de agredirme físicamente se comportó como un mmgvo. Nada es más práctico que ese término.

Verán, la vida se resume en grandes grupos, de los cuales voy a nombrar solamente unos pocos:

El Robin Hood: ya explicado. Tiene trabajo que hacer, no le corresponde, pero tiene ese complejo de querer hacer feliz a quien no merece otra cosa.

El MPP: MPP stands for "Más Papista que el Papa", o sea, el tipo que se queja de todo. La política no lo satisface, la sociedad no lo satisface, tiene algo en contra de la iglesia, en contra de la radio, en contra del gobierno y en contra de la oposición. Curiosamente son los mismos que plantean los problemas mas no las soluciones.

El perky: es lo contrario al MPP. Ama todo. No le parece que nada esté mal y cree que los problemas de todo el mundo se reoslverían si abriéramos nuestro corazón al positivismo y dejáramos que el amor nos guíe. Nadie lo toma en serio, lógicamente.

El bienhechor: hay que si 3 de estos en todo el país. Cruza la calle con las viejitas, recicla, trota en el Parque Del Este y maneja un carro ecológico. Es flaco tiene los dientes blancos y derechos. Tiene plata. Él te recuerda que el mundo tiene un balance, y una forma de hacer las cosas. Solamente lo saben esas 3 personas en el mundo, pero por ahí está.

Podría continuar toda la noche, porque como les digo, las diferencias entre uno y otro son mínimas a veces. Pero adentrémonos en al tipo de persona que motiva mi post y mis quejas diaras:

El mmgvo: esa persona que hace las cosas como si ellos fueran las únicas personas en este mundo y sus acciones no dañan a las demás personas.

Es esa persona que con su carro ocupa dos puestos de estacionamiento.

Es esa persona que con un carro hace las siguientes cosas:

  • Ve una luz en verde y TIENE que pasar. No importa si se va a quedar atravesado en la intersección por la cantidad de carros en la calle. Mmgvo.
  • Se mete por el hombrillo en la autopista así no haya cola porque esos 3 o 4 carros en el canal rápido simplemente fastidian. Mmgvo.
Es esa persona que como peatón se atraviesa cuando los carros tienen luz verde. O el que cruza fuera del rayado.

Es ese venezolano que se enorgullece de su picardía y su viveza para hacer las cosas, porque seguir las leyes es para los pendejos. Ese que se colea, se come la luz, y ni he hablado de los motorizados. Esos que llevan 3 en su moto, con 0 cascos y se atraviesan en una especie de intento suicida inconsciente.

Podría seguir, pero ya me duele la cabeza.

No seas un mmgvo, por favor. Ten consciencia. Si nosotros los venezolanos decimos que lo mejor que tenemos es la gente, tan cálida y tan chévere, vamos a cumplirlo, porque mientras tanto voy a pensar que todo el que dice eso es un idiota masoquista a quien le gusta que le falten el respeto a cada rato un poco de mmgvos comeluces, hombrilleros, choros, peleones, compadreros y demás.

Solamente hay una palabra en mi mente después de este rambling eterno: genocidio.

lunes, octubre 18, 2010

#germophobe

En los últimos días, ha llegado a mis oídos una música fea. Se trata de un murmullo desagradable que tuerce la realidad y me tilda de portador de un virus de obsesión y compulsión por la limpieza.

Nada más alejado de la realidad. Me permito una que otra suciedad, como cualquier otra persona viviendo en esta tierra: usualmente acompaño mis sándwiches con tocineta y/o salsa de maíz, me permito hacer chistes sexuales con mis amigos y digo mentiritas blancas cuando la situación lo amerita. Como verán, tengo cuerpo, mente y alma contaminados, así que son críticas sin fundamento.

Lo que sí "te tengo", es una aversión poco normal a lo cotidiano. Y lo cotidiano es que los seres humanos viven con gérmenes y asquerosidades encima porque quieren. Parece que les gustara estar sucios hasta después de bañarse. En mhzWorld no pretendemos solucionar los problemas de la humanidad, pero sí podemos ayudarte a evitar a esos diminutos y asquerosos amigos, aunque no quieras.

Te hacen mal, lo prometemos. Créenos.

Aquí tienes cinco puntos en los que seguramente estás actuando como un imán de gérmenes.
  • Sandalias: no es muy positivo andar descalzo por ahí. ¿Quién sabe qué cosas hay en el piso? ¿Y ducharte sin sandalias? Si compartes la ducha es primordial que las uses. Nadie sabe en realidad quién hace qué o se afeita qué en la ducha que tú usas para tratar de limpiarte. Lavarlas periódicamente ayuda a que no se conviertan en una extensión del suelo.
  • Jabón líquido: llévalo a todas partes. Siempre estás agarrado de algo: del pasamanos de la escalera, de la barra del Metro, del suelo cuando estás cansado y quieres sentarte. Ahí hay vainas raras. Antes de hacer algo con tus manos como comer, rascarte la cara, o algo, deberías darle reset al conteo de gérmenes que ahí descansan.
  • Perillas: peligrosas. Gira las perillas del baño antes de lavarte las manos por última vez, para que puedas llevarte todos los gérmenes que quieras y luego los laves con agua y jabón.
  • Baño: hablando del baño, espero que estés consciente que cada vez que entras ahí es como entrar a un criadero de enfermedades. Lo que se supone que es el lugar más inmaculado de la casa no es tal. Verás, ahí te lavas y te limpias, y en algún lado se tiene que quedar toda esa suciedad que no ventilas. Evita manguarear mucho ahí.
  • Cepillo: los expertos dicen que el cepillo de dientes debe permanecer todo el tiempo a, mínimo, dos metros del WC (water cló, inodoro, la poceta pues) por razones obvias. Los cepillos son como los chanchos: disfrutan poniéndose tan asquerosos como pueden y es nuestra labor evitarlo. Yo lo llevé más allá: tengo mi cepillo en un vaso que generalmente limpio, a varios metros de cualquier baño: en mi cuarto bien resguardado.
Les daría muchos más consejos, pero temo que con estos cinco ya me habrán tildado de enfermo lo suficiente por ahora. Hasta que se les olvide todo esto, nos vemos luego.

viernes, octubre 08, 2010

el eNano

Bueno, tengo que escribir ALGO alguna vez. No puedo quedarme mudo (?) por más tiempo.

Extraño estar en sus readers (un saludo a mi papá que es el único carajo en el mundo que me tiene en su reader), la cuenta hacia atrás imaginaria que tenía para llegar a los 100 posts (cuando hay personas que escriben 100 posts en un mes a mí me toma tres años, qué cagada), así que trataré de regresar por estos lados, ser constante y darles todo lo que les gusta del mundoMhz: reviews, experiencias personales y no-tan-personales, una nueva modalidad de fotos de pinga tomadas por mí (cortesía de la cámara de Manolo) y quién sabe qué más.

Dudo que regale algo, pero bueno, ahí veremos.

Hoy vengo a hablarles, en clave paranoia, de un aparatico que desconfiguró muchas quijadas hace poco más de un mes, cuando Su Mercurialeza Real, Steve Jobs, lo anunciaba orgullosamente. Es el iPod Nano de quinta generación. Mejor dicho, el iPod Enano. La vaina es mínima, miren:


Es eso. Así. Una pantalla, pues. Con tres botones en la parte de arriba: subir volumen, bajar volumen, dormir/despertar. De resto es touch screen.

Eso significa que ya no hay cómo cambiar las canciones intuitivamente cuando tienes el iPod guardado en el bolsillo porque te van a chorear en la calle. Con los modelos previos tenías tu click-wheel para esos casos, pero ahora tienes que sacar el aparato, despertarlo y ver la pantalla (otro punto en contra, ponte que estás manejando y quieres cambiar el disco) si quieres elegir cierta canción. Es una incomodidad no trivial, pero es la única que le he encontrado hasta ahora.

Ahora, vamos a lo bueno. Manejar el aparato es tan intuitivo como siempre, cuidado si más. Le das click con tu dedo al botoncito y boom, se abre lo que quieres. Pasas tu dedo como si estuvieras pasando una página de un cuaderno y boom, tienes más opciones para las vainas, y él te avisa cuándo tiene más opciones. Fino.

Es muy portable, cabe en cualquier parte. A las personas que no les gusta ponerse cosas en los bolsillos (celulares, billetera, iPod) porque se ven mucho y llaman la atención pueden estar tranquilos: éste no. Se los digo porque yo paseo a pie por Petare tres veces a la semana a una hora hostil. Esta cosa, con unos audífonos negros puestos bajo tu camisa/franela/top es imperceptible así vaya encerrado en la palma de tu mano. Plus que no tiene ningún otro iPod con pantalla.

Tienes un clip-on para guindártelo de algún bolsillo, correa, pulsera (para usarlo de reloj en una zona donde no te maten por un aparatico brillante) o afín cuando te dé la gana.

¿Y qué pasa cuando quiero "clipeármelo" del bolsillo y la pantalla mira para otro lado? ¿Tengo que voltear la cabeza? No. Con tus dedos activas una función de la pantalla que la voltea hacia donde tú quieras. Otro plus, versatilidad.

Tiene una función "shake-n-shuffle". Tú lo batuqueas, él cambia la canción. Si no te gusta esa función la puedes desactivar, no tienes que casarte obligado con ella. Es chévere porque elige de toda tu librería y se sale de tu playlist, así que si te ladilla ese tipo de música en ese momento dado, batuqueas el aparato y listo. Y no es tan sensible para activarse porque vayas trotando y lo tengas en el bolsillo, de verdad tienes que batuquearlo, pues.

El aparato sería total y completamente perfecto si viniera con los audífonos con botones, que te ayudan a cambiar la canción sin necesidad de ver el monigote. Pero cuestan una bola de real, así que meh.

Si puedes vivir con la desventaja de no tener click-wheel para cambiar canciones sin tener que tener el iPod a vista de todo el mundo y tener que verlo, es para ti. Si no, mueve ese culo y compra uno de 4ta generación mientras los nuevos no cubren todo el globo. Deben estar en remate.

Yo le doy un sólido 8 de 10, aunque me da miedo que Apple está haciendo todo chiquito y miniatura y los clásicos se están quedando en el olvido. Uno no puede tener un dispositivo Apple de mediano tamaño y mediana capacidad, no, todo tiene que ser eNano. Un Shuffle con pantalla, pues.


martes, abril 20, 2010

Errata

Hace unos días, y por ninguna razón aparente, me di a la tarea de leer entradas viejas de este blog. Me di cuenta de varias cosas y agradecí al cielo haberlo creado. Ya he escrito casi 100 veces a lo largo de 2 años y monedas, que puesto en perspectiva no es nada en absoluto. Algo así como una vez cada 12 días, redondeado gracias a avanzados cálculos ingenieriles. (?)

Menos de una vez a la semana para ser más precisos. Aquí hemos hablado de música, de ejercicio y de cualquier reflexión idiota que se me ha ocurrido. Incluso hay una incompleta 'parte dos' a un cuento que un buen amigo escribió, que aún no siento listo para publicar. Este viaje en el tiempo me sirvió para comprender que en dos años y 9 meses uno crece y madura en todos los ámbitos: he tratado de mejorar mi manera de escribir y mi narrativa, así como también he tratado de darles consejos para un mejor vivir y no pienso de la misma manera.

Ni de broma. En diciembre de 2007 hablaba sobre cuánto amaba los equipos de fútbol AC Milan y FC Barcelona. Y bueno, aún me simpatizan un montón pero llevo un solo equipo en el corazón y es el Caracas FC, como deben estar ya hartos de escuchar y leer.

Un mes después les contaba las ganas que tenía de hacer un mapa del tesoro. Que si lo hacía y lo colocaba en un lugar visible el universo iba a conspirar para que yo tuviese cualquier cosa que se me antojase, porque así funciona la tan cacareada 'ley de atracción'. ¿A quién no le va a gustar la idea? Vamos a terminar esa historia:

Resulta que hice mi mapa del tesoro, y en lo que considero un tremendo acto de valentía de mi parte, aquí se los dejo. Como verán, nada fuera de lo común para un muchacho de 20 años: de una parte ejercicio, nutrición y vanidad, del otro lado "plata y culear". Lo colgué en una pared de mi cuarto y también le tomé una mejor foto para usarla de protector de pantalla para la laptop (lo cual como sospecharán ocasionó un aluvión de burlas tamaño XL hacia mi persona).

Naturalmente, mi síntesis del 2008 es bastante alejada de lo que esa carpeta pintada pretendía atraer. ¿Entonces? ¿Qué pasó? ¿El Secreto es cuento chino?

De bolas. Pensar que una fuerza cósmica va a confabular para que uno tenga mejor sexo es absurdo y narcisista, siendo generoso. ¿Qué carajo le importa a la fuerza cósmica de qué calidad sean los polvos que uno se echa? Pero seamos buenos: no podemos tildar de imbécil a todo el que dibuja papelitos con sus deseos más fervientes, y todo esto por una palabrita aguda y de cuatro sílabas: motivación.

Hecho bien, un mapa del tesoro cumple la metáfora con 20 puntos en la boleta: un conjunto de pasos que uno ha de seguir para encontrar lo que ha estado buscando por bastante tiempo. Una ayudita en forma de incentivo para cumplir metas grandes, y es que si no son sueños grandes probablemente no se necesite ayuda para alcanzarlos. Evidentemente tiene que cambiar más o menos dependiendo de la personalidad del individuo. Hay personas que se desmotivan rapidito, y a ellos me imagino que ver una foto pegada de la pared los aburre pasados los 3 meses y de esa manera entonces tienen que cambiar permanentemente la motivación, mas no la meta. Curiosamente yo soy de esos.

Así que mirando atrás, sí funcionó por un tiempo pero creo que le otorgué demasiada responsabilidad al universo y no puse suficiente de mi parte. De volver a hacer un mapa del tesoro pensaría un poco más, cambiaría algo cada par de semanas y tendría una especie de medidor de progreso. Si uno quiere algo tiene que lanzarse a tratar de conseguirlo y no pegar pendejadas en la pared y rezarle a la fuerza mística invisible que te lo consiga. La metáfora no se cumple sin un poquito de ayuda.

Olvidé a dónde quería llegar con esto. En fin, otra de mis reflexiones inútiles. Me imagino que como estoy comenzando de nuevo, bajo pedido imperioso, multitudinario y urgente, una rutina medianamente decente de ejercicio y dieta, pues quería compartir con ustedes lo que pensé ayer acerca de cómo motivarme y no perder el norte.

Dios, qué drama, eso último sonó como un grito desesperado por ayuda. Ja.

martes, abril 13, 2010

Locos por el fútbol

Vengo a contarles una historia de locura, de pasión, frustración y amor. Una historia que tal vez a mis hijos y nietos no les interese, que probablemente olvidaré fácilmente con el pasar de los días o semanas pero, que en este momento, es un lindo cuento del alcance que el fútbol tiene en la vida.

Vengo en buena racha a pesar de la falta de sueño debido a las obras viales que toman lugar en mi calle desde ayer; desde hace unas semanas no puedo pedir más del deporte. Gracias a la anticipación que ha generado la presentación de una nueva camiseta de mi selección, los viejos modelos han pasado a un segundo plano, y en el plano mercantil sabemos lo que esto significa: rebajas. Mi vena coleccionista ha surgido de la nada y he hecho una que otra adquisición (1 2 3 4-5). Como pasa con las colecciones incompletas, quiero más, las quiero todas.

No me había dado mala vida a la hora de buscar ampliar mi colección. Tengo apalabrada la compra de esta camiseta gracias a un pana, pero como no he sufrido para conseguir mis joyitas, no tengo historias que contar acerca de ellas y no siento que haya hecho gran cosa, a pesar de tener 5 camisetas distintas, una colección semidecente.

Hoy tuve la oportunidad de cambiar eso.

Verán, mi posición con respecto a las cábalas, lo espiritual y lo sobrenatural es de escepticismo a tiempo conveniente. Más coloquialmente "no creo en esa vaina pero de que vuelan, vuelan". Hoy, martes 13, me tocó sufrir las vicisitudes del destino.

Mi despertador decidió tomarse la mañana libre (por cuarto día laboral consecutivo, debería hacer algo al respecto) y, por más que pude alargar mi descanso en una hora, despertarme gracias a un estridente grito maternal y alistarme (despertar, bañarme, vestirme, café, higiene dental) en 15 minutos para tener una mínima oportunidad de llegar a tiempo a mi trabajo. no fue nada bonito Naturalmente, gracias a mi apuro olvidé mi billetera, mi teléfono, peinarme y quién sabe qué más.

En el camino a mi trabajo, caminando muy rápido, concentrado en llegar temprano y escuchando Muse para poder despertarme al 100%, cosa que mi laburo exige, vi de reojo un tipo con una pinta normal: gorra negra de los Yankees, pantalón gastado de jean negro, sentado tomando café y fumando cigarro, hablando con su amigo y una camisa normal, vinotinto. Un momento, ¿vinotinto? Tuve que mirar nuevamente mientras caminaba rápidamente. Mis sospechas se confirmaron: el señor tenía una camisa vieja de la selección de Venezuela, para ser más exacto esta. Estaba llena de tierra y descuidada, así como quien no sabe que tiene el Kino ganador en sus manos y lo maltrata en vez de idolatrarlo.

El tipo tenía un aspecto descuidado, como su camiseta. Desaliñado como un colorido personaje habitante de las calles, o un honesto obrero falto de preocupación por su vestimenta que de todas maneras se va a ensuciar. De cualquier manera me pareció interesantísimo ver esto justamente un martes 13, y dos días antes de haber hablado con un par de amigos sobre buscar exhaustivamente esa camiseta.

Una linda coincidencia, sin duda alguna, pero no tuve tiempo de pensar en las posibilidades hasta después de llegar al trabajo. Hablé con mi alumna sobre lo que me había pasado y dije para mis adentros: "carajo, a ver si lo consigo al salir de aquí y le trato de comprar la camiseta. Total, le doy una nueva y algo de plata y no podrá decir que no"

Dicho y hecho, en el camino de vuelta a la casa tomé la contaminada y enfermante avenida principal, en busca del 'loquito' que me convertiría en el futbolero más feliz de Venezuela aunque fuese por una semana. Con la buena dinámica que me rodeaba, y las ganas de voltear la cábala del martes 13, tenía un buen presentimiento.

Desafortunadamente, no lo encontré, y pregunté en la línea de taxi que queda a 5 metros de la escena del crimen y no sabían nada, pero estarían pendientes. Decepcionado, volví a casa para contarle a las personas que me siguen en Twitter de mi descalabro futbolístico. Uno de ellos me sugirió ir tras él. Total, si era un loquito no podía irse muy lejos y si era obrero debía trabajar cerca del lugar.

Hablé con un buen amigo y colega bloguero al respecto:

- Chamo, ¿crees que el tipo acepte una camisa limpia y 50 lucas?
- Nojoda, por 50 lucas te da un riñón.
- Ah bueno, una camisa vieja para que se cambie y una caja'e cigarros.
-
¡Ahora sí estás pensando como un capitalista!

Ilusionado, accedí, hice mi maleta (4 franelas limpias, alguna tenía que gustarle) y emprendí mi pequeña expedición. Presto a recorrer La Urbina en su totalidad, caminando un montón, lo cual tengo contraindicado por problemas de tobillo. Pero bueno, el fútbol es así.

En primera instancia, revisé cuando quiosco se topara conmigo, así como lugares donde vendieran empanadas o billetes de lotería, guiado por mi misantropía y el mal pensar, creyendo que el tipo era un loquito borracho que buscaba su fortuna instantánea o un bocadillo mañanero. No hubo suerte en más de un kilómetro de camino, de mi casa al metro de Petare. De regreso pensé "¿qué tal si el pana es un empleado o dueño de una tienda?", así que entré a todos los negocios abiertos, observé rápidamente y sin preguntar y salí al no encontrarlo.

Con mi optimismo intacto, pensando en lo cómico que resultaría el viaje para mis amigos de twitter, fui a la otra punta de La Urbina, donde se paran los autobuses para recoger pasajeros ("tal vez el tipo es de los que gritan los destinos para atraer a los pasajeros a cambio de propina"), pero tampoco hubo suerte. Los mototaxistas del sitio me aseguraron "no habe'lo visto, menol". El destino era cada vez más lógico: la zona industrial.

Revisé la mitad de la zona industrial, solo para toparme con un compañero de la barra del Caracas FC, que, una vez que le conté mis planes, me miró con la cara que miran al profeta de Chacaíto, ese que profesa sobre el fin del mundo. "Marico,
¿estás loco güevón?". Estuve tentado a responder "sí, sí lo estoy", pero en vez de eso continué mi búsqueda de manera diplomática y con una sonrisa en los labios, sabía que esta conquista sería muy mía y pocos la entenderían.

De un momento a otro dejó de ser por la camiseta y empezó a rodarme por la cabeza que el portador debía tener mil y un historias de fútbol: tal vez conoció a Dogletta, tal vez vio jugar a Stalin alguna vez, o trotó junto a alguno de los hermanos Maldonado. Tenía otro objetivo: tal cual película estadounidense, le compraría un café al señor y me contaría historias.
¿Cómo sabía que él accedería? Quien vista una camiseta de 8 ó 9 años de antigüedad debe tener algún tipo de pasión, y los apasionados nunca se rehusarán a contar su historia.

La clave del juego, entendí, eran las líneas de taxis. Ellos, estáticos en su trabajo, deben ver miles de personas al día. Tal vez si dejo mis datos en un par de coordenadas distintas, mi futuro amigo futbolero se aparecerá por ahí, me llamarán y podré reunirme a hablar con el obrero futbolista. Dejé mis datos y la descripción del sujeto en dos líneas de taxi distintas, y en ambas me preguntaton "
¿Por qué, chamín, ese diablo te robó?". "OK, tengo cara de güevón, en dos sitios distintos me han preguntado si me robaron. ¿Será que tengo cara de ser robable?". Aunque una vez que expliqué mis verdaderas intenciones recibí mucha empatía. La gente quería que encontrara a mi pana, me deseaban éxito con una sonrisa honesta e indeleble en sus rostros.

Después de dejar mi número en la línea de taxis de El Marqués y la zona industrial de La Urbina, pensé que sería cuestión de tiempo para cazar a mi presa sin techo, así que decidí recorrer lo que restaba de la parte laboral de La Urbina. Sin suerte, supermercados y abastos descartados también. Pensé visitar Petare a fondo y retumbaron las palabras de los taxistas, ¿será que me roban? ¿Será que no tengo el 'look' requerido para salir en una pieza si entro? Así iba perdiendo la fe.

Decidí hacer una última parada en el lugar del crimen, a ver si encontraba más pistas. Concidencialmente, ahí también había una línea de taxis, y dejé mis datos. De las cuatro personas, tres fueron muy empáticas y alentadoras, y el otro, callado y distante, parecía no haber escuchado mi clamor. Después de preguntar en la caseta de seguridad cerca del sitio, el misterioso taxista distante me gritó "CHAMIIIIIIIN", sin dudar corrí al sitio. Me dijo que revisara en un edificio donde estaban haciendo unos trabajos, que ahí había entrado gente de aspecto desaliñado.

Sí señor, le dije. Y fui.
¿Recuerdan al principio de la historia, cuando no podía dormir por los hijos de puta que taladraban el piso sin cesar? Bueno, mi borrachín, mi futbolista, mi amigo y compañero estaba más cerca de lo que yo creía. Incluso, molesto, le había mentado la madre desde mi casa. Estuvo siempre ahí, bajo mis narices, con su gorra de los Yankees y taladrando el piso, dañando y ensuciando aún más la querida camiseta. No había necesidad de caminar una hora y media en busca de un profeta del fútbol y dañar aún más mi tobillo, pero no importó. El fin justificó los medios y no sentí que había perdido el tiempo.

No dudé en llamar al señor y acercarme a él. A medida que se acercaba, estaba más seguro que tenía todos los números para llevarme la camiseta, pero cada vez la quería menos y menos. El escudo en la parte izquierda se parecía cada vez menos al escudo de la FVF, y cuando llegó a mi rango de visión, pude notar claramente que no era. Conversé con el obrero para ver de qué iba la camiseta:

- Chamo, esa camisa es igualita a una de la Vinotinto de hace burda de tiempo.
- No vale,
¡qué va!. Esta la tengo desde que jugaba en Montalbán con un equipito fino con mis panas.
- Ah caramba, si tuviera una foto de la que busco te la muestro y te caes de espalda. Es la fotocopia.
- Imagínate.
- Imagínate tú, me recorrí toda La Urbina y parte de El Marqués buscándote y estás trabajando a una cuadra de donde vivo.
- (risas) martes 13 chamo.
- Debe ser - dije incrédulo,
¡pensamos lo mismo!
- Bueno, disculpa que te hice caminar todo eso.
- No vale, ni pendiente. A ver, una foto, esta vaina nadie me la va a creer.
- ¡Qué va viejito! No me tomo fotos, esa vaina es pavosa.

Así que llegué a mi casa sin camisa nueva, sin foto y con un dolor de tobillo inmenso, pero para nada derrotado, pues saqué una linda historia de lo que el fútbol nos hace hacer algunas veces.

lunes, abril 12, 2010

Music Monday

Vengo con mi cara bien lavada y sin excusa por haber abandonado el blog. Descaradazo yo.

Reaparezco por estos lares bloguerísticos porque esta banda lo merece. Seguramente se acordarán de Dave Matthews Band, la banda más subestimada de toda la historia. Es todo, sobre todo hablando de contradicciones: es country que no aburre, es jazz que te calma, es una voz desgarrada propia del blues que pegó en la radio con canciones de pop descarado.

La percepción que tenía de la banda hasta hace tres meses era este par de videos: "I Did It" y "The Space Between". Normalazo, nada mal, pero nada extraordinario que destacar. Un amigo vio que me animé a escribir de música y decidió que mi vida no tenía sentido porque no había escrito sobre DMB. Me prestó su CD autografiado (!!!) de la banda tocando en Central Park. Sentí que le debía algo al panita, o sea, coño, prestar un CD triple autografiado no es cosa de todos los días.

Lo escuché y quedé extrañadamente deseoso de más, como un chico pequeño que prueba el chocolate venezolano por primera vez. Es todo lo que John Mayer desearía ser (sin desmerecerlo), el saxofón y el violín le dan una profundidad envidiable y hace que uno desee que las canciones de 10 minutos duren 20.

Dave trabajaba como cantinero en un bar de jazz. Fue juntando sus músicos en ese lugar, los escuchaba noche tras noche y les servía curda hasta que decidió ensamblar un grupito cheverón. Consiguió su baterista y saxofonista de esa manera. Luego ellos, mientras practicaban en el bar, llamaron la atención de uno de los cantineros que decidió unirse al "jam" y siendo elegido como tecladista de la banda luego de ser escuchado tocando harmónica. Es una historia de esas entrañables de gente que toca música que ama y que viene de las vísceras y el corazón.

El servidor de Grooveshark está caidísimo, así que les dejo un par de videos del concierto por aquí, espero que sirva para que noten la influencia que cada uno de los miembros aporta al grupo, y los diferentes estilos por los cuales se pasean por 10 minutos seguidos.

"Warehouse" y "Don't Drink The Water" fueron mis dos favoritas, par de joyas. Ojalá les guste la banda.

Salud!