jueves, noviembre 18, 2010

¿Qué hay de los obreros?

De cómo explicar una nueva derrota Vinotinto

El día de ayer, la selección venezolana sufrió su derrota más abultada de todo el año. En el amistoso número 13 que la Vinotinto disputó en 2010, contra Ecuador en el estadio Atahualpa de Quito, nos “clavaron” 4 goles, a cambio de un anecdótico tiro penal que Giancarlo Maldonado aprovechó para afianzarse como máximo goleador venezolano.

Los entendidos en el asunto juran que no es importante, que no hay que prender las alarmas aunque un rival directo, tanto en las eliminatorias mundialistas como en la Copa América del año que viene, nos haya goleado sin piedad.

Algunos dicen que factores como la altura de Quito, la ausencia de referentes como Juan Arango y Ronald Vargas, la lluvia que cayó sobre el estadio, los “bloopers” de la defensa venezolana pudieron condicionar el partido para mal, por lo tanto no es importante. Otros (entre ellos el seleccionador nacional, César Farías) piensan que las derrotas, por más abultadas que sean, están previstas, y que partidos como el de ayer sirven para ensayar el funcionamiento del equipo con miras a hacer un papel digno el año que viene en la Copa América de Argentina. Es decir que de todos los partidos se pueden sacar conclusiones, positivas o negativas.

Ahora, ¿cómo se le explica al fanático común una derrota como esta? Más aún, un año como este. A esas personas que no tienen por qué entender de líneas de cuatro, cambios de banda, ordenamiento táctico, medias puntas y enganches y simplemente quieren ver a su equipo hacer bonitos goles y ganar, no les vale la excusa de “no pasa nada, es un amistoso”.

Durante el proceso de Richard Páez, la selección fue ganando fanáticos, la gente empezó a tener fe en los futbolistas del país y la Vinotinto se convirtió en un tema popular para discutir todas las mañanas. La gente empezaba a estar orgullosa de sus jugadores y todos creíamos en el popular “sí se puede”. Los obreros, panaderos e incluso las estilistas comenzaron a conocer a Rey, al “pájaro” Vera y a Ricardo David. ¿Cómo se sentirán ellos viendo partidos como el de ayer, y que además venga alguien a decirles “esto es normal”?

Poniéndose en el lugar de esas personas: se entiende que haya ensayo y error en el proceso, pero cuando debe haber un golpe de efecto y de autoridad de parte de los nuestros, contra un rival que está en nuestro grupo en la Copa América del año entrante, y potencial rival directo por ese puesto que los más fuertes dejan para (¡¡finalmente!!) ir al Mundial, nos golean. Y de amistosos con selecciones de poco caché como Aruba, Honduras y Panamá (que nos ganó los dos juegos este año) pocas cosas hemos podido sacar. Los partidos parecen estar siempre “condicionados” por algo: expulsiones, goles tempraneros, peleas, ruedas de prensa donde el técnico malandrea a los entrevistadores…

Una vez, viendo el partido que enfrentó al Zamora FC con el Caracas FC por la Copa Venezuela, mi novia me preguntó: ¿Por qué si estos dos equipos juegan tan bien, la Vinotinto apesta tanto? Con el otro tipo [Richard Páez] no pasaban esas cosas” y no supe qué responderle. No supe cómo explicar que nuestra selección, la selección de los obreros, panaderos, estilistas y demás, está siendo convertida en un experimento metódico en el cual está bien que nos goleen y que la gente se decepcione. Simplemente espero que cuando los experimentos al fin den resultado a la gente aún le importe, total, a ellos se debe este proceso.

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