domingo, agosto 30, 2009

6.500.000.000 Picassos

Los seres humanos son criaturas inconformes, cuando creen que algo es perfecto van y lo tratan de hacer. Después de que está hecho, deciden que ya no es perfecto. Por eso han existido incontables períodos de arte a través de la historia.

Siempre hay un iluminado que cree que su destino es cambiar el mundo con sus nuevos conceptos artísticos. Barroco, Neoclásico, Romanticismo, Realismo, Modernismo, Contemporáneo. Todo muy bien, distintas maneras de pintar lo que apreciamos el mundo. Hasta ahora no hubo problema.

El problema surgió cuando a uno se le ocurrió pintar el mundo, en vez de su percepción de éste. Pensó que tal vez el artista anterior no había hecho un buen trabajo creando el mundo y que en vez de tantas tonalidades verdes y azules, el mundo necesitaba más color cobrizo, plata, oro y ladrillo. En vez de tener esos gigantes picos verdes con azul y blanco en la cima, se inventaron unos cubos alargados y afilados que simbolizarían lo afilado del pensamiento humano en este nuevo arte científico de construir.

Sin aviso previo, se rompió unilateralmente el contrato con el Naturalismo y decidimos esparcir pintura gris en nuestro suelo, en donde los otros artistas las decorarían con basura roja, amarilla y púrpura (pues todos saben que dejar coloridos detalles grises evoca recuerdos de otras corrientes de arte en la memoria, y ¡cómo nos gusta recordar!)

¡Y es que hasta lo invisible lo cambiamos! No nos gustaba la forma como el aire circulaba, entonces lo oscurecimos para poder apreciarlo sin la sutileza del caso. Es que, como sabrán, no todos aprecian las sutilezas.

Lo lastimoso de cambiar una obra de arte ya hecha, es que, claramente el lienzo no puede ser devuelto a donde estaba antes de manipularlo. Y hay quien no está conforme con el cambio: últimamente el único espectador que observaba la obra día a día ha visto como su temperatura sube, causa de la rabia de ver su obra favorita cambiada por completo. Sería una verdadera lástima que, tal como dicen por ahí, el espectador pueda 'explotar de la rabia' un día de estos.

Este humilde escritor les invita a rendirle tributo al previo autor de la obra donde vivimos: el original. Pues en mi opinión no le hacía falta más que un ligero retoque para ser perfecta.

1 comentario:

Manuel Hernandez dijo...

Hijo, me gusta mucho lo que escribes en esta entrada, también me pareció entretenido el de Animal Kingdom.

Felicidades!

Espero que publiques con mayor frecuencia.

Manuel.