lunes, noviembre 30, 2009

Music Monday

Llevo media hora tratando de escribir un buen comienzo para mi artículo de hoy, porque quiero que sea un buen artículo. Sinceramente no se me ocurre nada que pueda hacerle justicia al tema.

Verán, hay cosas en la vida que no son necesarias, pero igual son bienvenidas: un postre después de un excelente almuerzo, dormir esa última octava hora, en vez de dejarlo en siete, un quinto gol cuando tu equipo va ganando 4-0 en una final (un saludo a Alan Liebeskind y el Dvo. Italia) y un bonus track en un disco (no, no voy a hablar de bonus tracks hoy).

Cuando una persona canta, y lo hace bien, pasa algo fantástico y en el corazón de la gente abunda la alegría. A veces eso es todo lo que se necesita, y nuestro universo cambia. Ahora, imaginen que dos personas que cantan bien lo hacen juntos, con notas distintas. No sabes cuál escuchar, ya tu universo no cambia, sino que se duplica.

Ahora tomen todo eso, y súmenle otra voz.

Son vainas innecesarias, pero sublimes, estas armonías triples.

Es como un acorde de piano o guitarra, pero cantado por gente. Es como ver un récord olímpico, y luego ver la repetición y que lo hagan más rápido. Es como cuando se equivocan en Wendy's y te dan el refresco grande en vez de mediano. Es como mejorar tu tiempo en un maratón después de tremenda rasca el día anterior.

Se toma la canción, se lleva a otro plano y no importa lo que viene antes o después, ese momento es perfecto. Es como dar un beso con amor después de un funeral, imagino, nunca me ha pasado. Para mí, es el recurso más impresionante que se puede usar en la música, pero es como prescribir un medicamento: solamente un poquito más de lo que debías, y la cagaste. Aquí hay ejemplos de cómo y cuándo:

"Squirrel", de Mattias Eklundh. A mí, personalmente me cuesta tomar en serio a Eklundh, la mente maestra detrás de Freak Kitchen, banda sobre la cual ya hablé. Las canciones son buenas, son refrescantes, entretenidas, cómicas. Pero al final, después del solo de guitarra y toser, cuando muere el tercer cuarto de la canción, ésta deja de ser cómica y Mattias canta sobre su voz cantando sobre su voz. Se me quitan las ganas de reír.

"Virao", de Voz Veis. Lo dije antes y lo dije de nuevo, aquí hay para todos. Y si esperan que no hable de ellos, una banda donde seis personas cantan bien, en un artículo donde se montan tres voces una encima de otra, pues estaban pelando bolas. Esta canción tiene mucho de todo: es como pasar de ver en blanco y negro a usar lentes 3D multicolores. En la palabra "Virao" cada vez que empieza el coro, y en el break de tambores también se apilan las voces. Excelso.

"Io Ci Sarò", de Neri Per Caso. Las palabras sobran. No entiendo qué dicen, pero musicalmente está entre mis favoritas. Por favor noten la ausencia de instrumentos musicales.

"The Remedy (I Won't Worry)", de Jason Mraz. La versión original es un poco genérica, pero la arregló para cantarla en vivo y suena como debería. El coro es cantado a tres voces, nota positiva para el señor de los mil sombreros.

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