miércoles, octubre 14, 2009

El proyecto imposible

Estoy súper contento hoy. Ahorita en hora y media tengo un quiz en la universidad y no he estudiado así que te cagas, pero no importa. Vengo a contar una historia rapidito que me alegró la mañana.

Hace tiempos incalculables (bueno mentira, en 1948 si no me equivoco), la corporación Polaroid lanzó al mercado su primera cámara instantánea y desde entonces el mundo fue un lugar mejor.

Con el pasar de los años, los señores siguieron sacando cámaras, y la gente siguió sacando fotos. Cada vez mejores, más bonitas, impresas más rápido y el mundo fue cada vez más feliz. La gente veía algo, lo capturaba e instantáneamente podían imprimirlo. Suena lindo, ¿no?

Bueno, en 2001 la compañía se declaró en bancarrota y vendió su nombre a unos encorbatados que prostituyeron la marca, mercadeando televisores de plasma, cámaras digitales, reproductores de DVD y demás nimiedades. Suena como el tipo de gente que come en panaderías modernas. Ojo, no estoy en contra del capitalismo salvaje, pero, por favor, un poco de inteligencia no nos haría mal.

En 2008 los encorbatados deciden que quieren sacar las cámaras instantáneas del mercado y concentrarse en el mercado digital (hay cámaras digitales instantáneas y todo), y desde ese entonces el mundo se tornó un poco más gris.

Pero no todo estaba perdido.

Un grupo de personas firmó un contrato por 10 años para utilizar las fábricas de Polaroid en Holanda, con maquinaria y todo, reunieron un equipo altamente calificado y todo esto con una sola misión: recrear al precursor de la fotografía análoga instantánea, bajo otro nombre.

La misión se antojaba harto difícil, pero después de meses de trabajo duro, promocionar su nombre y sus ideas, hasta los mismos encorbatados se dieron cuenta de que algo pasaba. A la gente le gusta su Polaroid vieja, análoga. Entienden que no todo en la vida tiene que convertirse en ceros y unos y tener un tamaño compacto para ser mercadeable.

¿Resultado? Hay charlas muy adelantadas de revivir la parte análoga de la compañía, se habló con la gente de The Impossible Project para desarrollar tecnología que optimizará las camarotas viejas. Se vio un rayito de sol entre las grises nubes digitales. Somos felices nuevamente.

Los clásicos siempre tienen un lugar bonito y especial en el corazón de la gente. Marcas como Polaroid, Converse y Fender nunca deberían morir ni dejar de hacer lo que hacen. Ojo, no pido que se queden pegados en un éxito eterno, se puede innovar y se puede mejorar, pero los clásicos lo son por una razón.

Ahora, voy por una de esas. La única instantánea que he manejado murió en los noventas.

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